miércoles, 27 de julio de 2011

La sombra de la corrupción

No hay país que no tenga corrupción en mayor o menor grado. Transparency International, una organización independiente que se dedica a sacar a la luz la corrupción en cualquier parte del mundo, pública cada año un índice de percepción de la corrupción (IPC) que clasifica los países según la probabilidad de toparse con la corrupción en el trato con funcionarios públicos.

Según el informe Transparency International de 2010 sobre corrupción, publicado el 3 de mayo, España está en el puesto 30 de una clasificación de 178 países con una puntuación de 6'1. Este índice va desde 10 (percepción de ausencia de corrupción) a 0 (percepción de muy corrupto). 

Los países con menor grado de corrupción según este informe son Dinamarca, Nueva Zelanda y Singapur, mientras que en la otra cara de la moneda se encuentran Afghanistan, Myanmar y Somalia, de este último están llegando noticias de la hambruna que padecen por la mayor sequía de los últimos 70 años en el cuerno de África, algo que saben desde hace tiempo organismos internacionales y ONGs, como sus países vecinos, así que esta situación no es nueva, ni la guerra civil que sufren y los millones de desplazados. Esto lo sabían todos y nadie ha hecho nada hasta que han llegado las cámaras, como suele pasar en estos casos.

Por continentes podemos decir que África, Asia, Europa del Este, Latinoamérica y America Central tienen unos niveles de corrupción que oscilan entre un nivel medio y alto. Para ellos, la corrupción es la norma, no la excepción.
Mientras que en Europa occidental las excepciones son Italia y Grecia, algo que está detrás de una parte de sus problemas, que no de todos, no podemos achacar todo el volumen de sus deudas al nivel de corrupción de estos países, que aunque es alto, no es el único causante, quizás ni siquiera el principal, algo que podremos saber cuando pasen los desagradables acontecimientos que Europa y el mundo entero estamos viviendo, por una crisis de la que cada día que pasa vemos más lejos la salida, con grandes sobresaltos como los rescates a Grecia, Irlanda y Portugal y lo que es más importante, la deuda de Estados Unidos. La primera potencia mundial puede arrastrar al mundo entero con su caída en una crisis sin precedentes, sin haber salido aún de la crisis financiera en la que está sumida el mundo desde 2008.
Las estadísticas parecen corroborar que corrupción y malos resultados económicos van de la mano.

 La corrupción también va ligada a los mercados negros, lo que llaman “economía sumergida”, son transacciones ocultas a los ojos del fisco, y pueden ser de carácter laboral, financiero o comercial.  Esta economía representa 1 de cada 4 euros del PIB en España, incluso en las economías desarrolladas proliferan estos mercados.

La corrupción a veces puede disuadir a empresas y particulares extranjeros a invertir en los países.
También tiene un coste humano, con frecuencia los dictadores se valen de la corrupción para mantenerse en el cargo.
En la mayoría de los países pobres sus gobiernos suelen obstaculizar el suministro de importantes servicios, como la ayuda internacional, desviándola a sus cuentas bancarias en paraísos fiscales o bancos europeos, impidiendo que lleguen las ayudas a la gente que iban dirigidas. Aún con gobiernos bienintencionados, parte de esta ayuda puede perderse por el camino en las administraciones locales, en su transcurso hasta la gente a la que va destinada, así que, por cada euro de las ayudas, quizás lleguen con suerte 50 céntimos.

Aquí os dejo la clasificación del informe de Transparency International de 2010
























Fuente:
http://www.transparency.org/

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