lunes, 25 de marzo de 2013

Chipre ¿Y ahora qué?



El revuelo en torno al rescate de Chipre y la mayoría de lo escrito en los medios tanto oficiales como no oficiales, gira en torno a dos cuestiones: la inseguridad jurídica sobre los depósitos menores a 100.000€ que rompe con la legalidad vigente en la Unión Europea; y los intereses de los bancos alemanes que quieren recaer sobre los ahorradores chipriotas las pérdidas derivadas para los bancos alemanes de la quiebra de la banca de Chipre.
En estos días hemos visto multitud de manifestaciones, declaraciones sobre la lucha de clases, el imperialismo, la avanzadilla de la “revolución”, la confianza en el euro, de la metedura de pata del actual presidente del EuroGrupo Jeroen Djisselbloom y la posterior rectificación sobre gravar los depósitos inferiores a 100.000…pero, ¿Por qué se negoció esta atípica medida en torno al rescate de Chipre? Nikos Anastasiadis, presidente conservador chipriota pidió un préstamo en torno a los 17.000 millones de euros, casi el 100% del PIB de Chipre; de los cuales 10.000 irán a parar a los bancos, sistema vertebral de la economía de la isla.

La decisión final parece ser que los depositantes con más de 100.000 euros serán quienes paguen el rescate de los bancos chipriotas, junto con accionistas y tenedores de bonos, además del cierre de los bancos no solventes, como el segundo más grande del país, el Laiki Bank ¿qué consecuencias tiene para una pequeña isla en el mediterráneo que vive en buena medida del sistema financiero, un paraíso fiscal dónde los activos bancarios son de siete veces el PIB del país? Renunciar a ser un paraíso financiero, ¿y entonces qué pasará con Chipre? La reestructuración de un sector bancario sobredimensionado no se plantea tarea fácil, habrá fuga de capitales, Chipre dejará de ser un lugar seguro para los evasores y los blanqueadores de dinero que dejarán de ir allí, y habrá despidos en masa. Esta debacle social para los chipriotas será especialmente dramática para los empleados de los bancos liquidados, que perderán los fondos destinados a sus pensiones y el seguro médico, a lo que el parlamento chipriota pretende buscar una “solución”.


Aún es pronto para conocer como acaba el rescate chipriota y los efectos que tendrá, pero me temo que el sacrificio de Chipre deja Europa tal y como está, el capital que usaba la isla como centro off-shore se moverá hacia algún otro paraíso fiscal y los ciudadanos chipriotas serán los únicos perdedores; aunque también este “autorrescate” indica una nueva política para los rescates bancarios a la que se viene siguiendo en Europa, alternativa a la socialización de pérdidas, cuestión que no es nueva sino que ya existía desde el principio, pero no se ha querido llevar a cabo y está por ver que se practique a partir de ahora. ¿Y los ahorros de los depositantes de menos de 100.000 euros? También para ellos, el futuro se presenta incierto y las pérdidas, mayores o menores según las circunstancias individuales, parece serán mucho más cuantiosas que la tasa de 6’75 % que pretendía negociar el presidente chipriota, acabando con la garantía de los depósitos menores de 100.000 euros, para no sacrificar su modelo de país.

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